Por Juan Pablo Ojeda
La corrupción sigue siendo una de las heridas abiertas del país. Casi la mitad de las personas mayores de 18 años que tuvieron contacto con policías o autoridades de seguridad pública en el primer semestre de 2025 vivieron algún acto de corrupción, según el INEGI. La cifra es contundente: 45.2%, con mayor impacto en hombres —casi 50%— frente a 36.8% en mujeres.
Pero el problema no se limita a las calles ni a las interacciones con cuerpos de seguridad. El instituto reveló que 8.9% de quienes realizaron trámites o solicitaron servicios públicos en zonas urbanas también fueron víctimas de corrupción. De nuevo, los hombres reportaron mayor incidencia.
El fenómeno se extiende al sector empresarial. En 2023, 169 mil 769 empresas —el 3.5% del total— declararon haber sido afectadas por prácticas corruptas. Aunque esa cifra es menor que la registrada en 2017, la situación preocupa especialmente en las empresas medianas, donde la prevalencia alcanzó 8.4%, más del doble que en las microempresas. El estudio señala que la corrupción golpea por igual a los sectores de comercio, industria y servicios.
Detrás de estas cifras hay patrones claros. El INEGI detalla que la corrupción empresarial abarca desde solicitudes de dinero y regalos hasta favores para agilizar trámites o evitar sanciones. Los datos provienen de la Encuesta Nacional de Calidad Regulatoria e Impacto Gubernamental en Empresas (ENVE), que cubre el periodo 2014-2024.
En la administración pública, la respuesta institucional muestra luces y sombras. Durante 2023 se iniciaron 40 mil 145 investigaciones por presuntas faltas administrativas dentro de la Administración Pública Federal, equivalentes a 24.8 por cada mil servidores públicos. A nivel estatal la proporción es incluso mayor, con 34.6 investigaciones por cada mil.
Las sanciones también varían significativamente según la entidad. A nivel federal, 2 mil 341 servidores públicos fueron sancionados en 2023. El Estado de México y Campeche encabezan las tasas estatales, mientras que en Baja California Sur y Colima no hubo sanciones registradas.
El informe subraya que las diferencias entre hombres y mujeres —tanto en prevalencia de corrupción como en denuncias— son estadísticamente significativas en casi todos los semestres. Además, Hidalgo y Morelos quedaron fuera de algunos indicadores por falta de información completa.
Con estos datos, el INEGI ofrece una radiografía clara y preocupante: la corrupción en México permea desde los encuentros cotidianos con la autoridad hasta la operación de empresas y el interior de las instituciones públicas. Y aunque hay más investigaciones y sanciones, la magnitud del problema deja claro que la lucha contra este fenómeno sigue siendo uno de los retos más complejos del país.












